All is full of love ahora mismo.
G y yo quedamos en un punto intermedio, Barcelona. Porque vivimos muy lejos y eso no mola, nada de nada. Pero esa ciudad intermedia sí que mola, aunque huele mal y no es bonita en el sentido estricto de la palabra. Sin embargo, vibra en una frecuencia que es bastante extraña e interesante. No necesitas caminar muy rápido para que el panorama a tu alrededor cambie a la velocidad de la luz: la gente, los edificios, las calles, el ambiente. Y tiene mar. Y montaña. ¿Hace falta mucho más?